viernes, 29 de abril de 2011

DIFICULTADES EN LA EMANCIPACIÓN JUVENIL



La situación actual de los jóvenes entre 18 y 34 años con respecto al mercado laboral, cada vez es más precaria, cabe destacar por un lado la disminución del peso relativo de la población joven junto con la nueva medida del gobierno de retrasar las jubilaciones dos años, provoca un retardo de la rotación de los puestos de trabajo. Esto, junto con la crisis de la cual España no logra salir y que sitúa la tasa de paro actual en un 20,33 % la cual, según el INE, se acentúa más entre los menores de 34 años, provoca que los jóvenes encuentren dificultades a la hora de optar a un puesto de trabajo digno y estable.

Por otra parte, la reducida tasa de empleo a tiempo parcial (12,3% en 2009) provoca que la mayoría de los jóvenes no puedan compatibilizar sus estudios y trabajo, lo que provoca, en su mayoría, a que una vez finalizada su formación académica, se enfrenten al mercado laboral sin experiencia y sin ahorros significativos. Con estos datos, y dada la elevada demanda de empleo actual, es lógico que las empresas prefieran contratar a personas con experiencia previa en el puesto y ó con referencias. Esto hace que un 30% de los jóvenes que finalizan sus estudios, según la OECE, (Organización Europea para la Cooperación Económica ) encuentren su primer empleo en un ámbito distinto al de su formación y, que además, ese empleo sea por un leve periodo de tiempo.



Una vez finalizado el periodo de formación, en aproximadamente el 50% de los casos, los jóvenes tardan más de un año en encontrar su primer trabajo, siendo por supuesto las mujeres
las que tienen mas dificultades para incorporarse al mercado laboral cuando finalizan su formación.

Esto es, y ha sido así, por motivos culturales, dado que “historicamente la mujer ha relacionado su independencia con el matrimonio, mientras que los hombres no se emancipan de la unidad familiar hasta que no consiguen una estabilidad económica y profesional”



Esto puede explicarse si atendemos a él hecho de que el 42% de los jóvenes entre 20 y 30 años tienen contrato laboral temporal, por lo tanto no puede endeudarse con una hipoteca ante la incertidumbre de no poder hacer frente a ella. . Además y según el Consejo de la Juventud de España, el nivel mínimo de ingresos mensuales para financiar la compra de una vivienda se sitúa en aproximadamente 2.605 € y en la actualidad, los ingresos medios netos mensuales de los jóvenes entre 18 y 34 años asciende a 1.253 €. Esto quiere decir que con este salario, se debería de reservar un 56% al pago de la hipoteca, y un 42,3% en el caso de la vivienda de alquiler, por lo que resultaría tremendamente ajustado afrontar una hipoteca de forma individual y más con la incertidumbre de poder perder el trabajo de forma inesperada. A esto hay que sumarle la entrada de la vivienda, que por término medio supone dos años y medio de salario integro, lo cual según los datos de empleo y estructura salarial, es muy complejo de obtener sin ayuda externa.


Conclusiones:

Hasta 2007, el principal problema con el que se encontraron los jóvenes para abandonar el hogar paterno fue el constante encarecimiento del precio de la vivienda. A partir de 2007, el precio de la vivienda ha pasado a un segundo plano, ya que la tendencia del mismo es decreciente. En la actualidad el principal escollo que encuentran los jóvenes entre 18 y 34 años en España es la incorporación a un puesto de trabajo fijo, con un salario adecuado a su formación, ya que solo en el periodo 1997-2004 los universitarios perdieron un 40% de la ventaja salarial que tenían frente a los trabajadores no cualificados.


Una medida interesante, seria enfocar la trayectoria universitaria desde un punto de vista más práctico y aumentar las subvenciones a empresas que contraten universitarios para su formación práctica, con el fin de acortar esa gran ventaja que tienen los trabajadores con experiencia previa.

En cuanto a la vivienda, sería interesante fomentar la oferta de viviendas en alquiler y otorgar algún tipo de subvención o financiación especial a la entrada de la vivienda, y abandonar la idea de que la vivienda es un bien de inversión, y volver a considerarla como un bien de uso, un derecho de todos los españoles, reconocido en el artículo 47 de la Constitución Española.


BIBLIOGRAFIA:

El trabajo de los jóvenes después de sus estudios
Aumento de la edad en la emancipación de los jovenes
El empleo a tiempo parcial nos separa de Europa
Emancipación tardía